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para qué vivo?

Un niño llamado Ben fue invitado junto a sus padres a una gran fiesta, era la boda de una amiga de su madre. Ben estaba muy emocionado porque era amante de los dulces en especial del bizcocho, el suspiro y la crema pastelera.


Cuando por fin llegó el día del evento fue el primero en vestirse. Llegaron al lugar de la fiesta y no paraba de mirar el gigantesco pastel de color naranja y violeta, imponente a la vista de los invitados. Aprovechando que los novios se tomaban fotos con su familia, Ben se acercó discretamente al pastel para introducir su dedo en él, pero se enfrió su corazón súbitamente al darse cuenta de que no era bizcocho, era un camuflaje.


Te has preguntado cuál es el propósito de tu vida? Para qué vives? Porqué estás en este mundo? Si crees que el tiempo que estás en esta tierra debe ser vivido a espaldas de Dios, cuando todo termine te darás cuenta que todo lo vivido, aunque parecía real, era sólo un camuflaje, un espejismo, que la verdadera vida no es temporal, es eterna.


El salmista Asaf en el Salmo 73 expresa como en un momento sus pies resbalaron y comenzó a ver la prosperidad de los impíos y creció en él cierta envidia por los arrogantes porque ellos tenían vigor, no pasaban trabajo como los demás hombres justos. Hasta que un día entró en el santuario del Señor y entonces comprendió el fin de ellos.


La espectativa de vida en algunos países actualmente puede llegar a ser de 90 años, en otros de apenas 50. Sin embrago, qué puede ser eso comparado con una eternidad?


Estás seguro que esta vida lo es todo para ti, que ese trabajo, esa persona lo es todo para ti? Y qué cuándo llegue el momento de despertar? Porque algún día despertaremos y veremos claramente qué es ésta vida. El salmo 90: 5 dice : ¨Nuestra vida es como un sueño del que nos despiertas al amanecer¨. En la resurrección despertaremos y veremos claramente que todo fue como un sueño, que APENAS LA VIDA COMIENZA Y ES ETERNA.


Salomón en el libro de Eclesiastés pone punto final a un interesante discurso en el Cap. 12 diciendo: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el TODO del hombre.


Por Leyca Leyba


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